Cuando hablamos del mercado mexicano de las telecomunicaciones, nos referimos a una situación atípica. Por un lado, tenemos una población cercana a los 130 millones de personas, en la que existen 83 millones de celulares y 74 millones usuarios de Internet, según datos del Inegi. Por el otro, nos encontramos con un mercado concentrado en muy pocas manos, con la existencia de un proveedor preponderante cuya cuota de mercado supera el 50%.

Teniendo en cuenta esta coyuntura, los principales desafíos para el sector de las telecomunicaciones en México son: El incremento de la competencia, el acceso a la red a costos regulados, los costos de espectro para expansión de las nuevas tecnologías (i.e. 5G y IoT) y crear una base regulatoria que aporte mayor certidumbre a los inversores extranjeros que garantice la estabilidad y seguridad de su inversión en el país.

Según el estudio Eficacia en la fijación de los precios del espectro en América Latina, elaborado por GSMA, México es uno de los países más caros de la región, puesto que tasas anuales representan cerca de 85% del costo total de la licencia. El elevado precio no solo complica la adquisición de espectro, sino que también dificulta que las compañías pueden responder a la elevada demanda que viene, derivada la implementación de 5G y Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Por tanto, sería necesario que tanto el regulador como las compañías aboguen por la reducción de las tarifas para lograr un terreno de juego más inclusivo.

Asimismo, pensando en el aumento de la demanda y la implementación de nuevas tecnologías, también sería necesario facilitar el despliegue de red por parte de los operadores privados, así se determine cómo se llevará a cabo. En este sentido, sería conveniente realizar modificaciones a la actual legislación, contemplando incentivos que permitan este acceso.

En materia de competitividad, es necesario implementar medidas asimétricas que garanticen una oferta más justa, que equilibre la posición de los jugadores actuales. El desafío no es nuevo y, aunque ha sido abordado en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión de 2014, todavía no se han reducido las distancias.

Para poner un poco más de luz sobre la situación del sector y despertar un interés mayor por parte de los inversores extranjeros que, sin duda, tienen la vista puesta en el atractivo de nuestro país, es muy importante dar mayor celeridad a los cambios ya vigentes y buscar también un espacio de diálogo que ayude a una mayor colaboración entre organismos públicos, reguladores y empresas privadas. Confío en que, si hoy los datos son alentadores, 2020 y los años venideros traerán todavía mayores oportunidades tanto para la industria como para el crecimiento del país.

Fuente: https://expansion.mx/opinion/2020/01/01/2020-el-ano-de-las-telecomunicaciones